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Nicolae Ceaucescu, Miguel Hidalgo, Reza Pahlevi, Bernardo OHiggins, Lech Walesa, Duque de Wellington, Alejandro Magno, Sigmund Freud, Rousseau, Konrad Adenauer, Charles Darwin, Nefertiti, Cervantes, Carlos I de España.
La juventud es levadura moral de los pueblos. Los hombres que no han tenido juventud piensan en el pasado y viven en el presente, persiguiendo las satisfacciones inmediatas que son el premio de la domesticidad.
No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal, no se adquiere.
Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir.
José Ingenieros (1877 - 1925), médico, psiquiatra y sociólogo ítalo-argentino.
El papel político-social de la juventud para el perfeccionamiento de la comunidad es esencial porque la juventud es, precisamente, la edad del inconformismo, de la exigencia de perfección, del hambre y de la sed de justicia.
José Luis López Aranguren (1909 - 1996), filósofo español.
La actividad es el símbolo de juventud.
La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y el ímpetu.
José Martí (1853 - 1895), político, pensador, periodista y revolucionario cubano.
La juventud necesita creerse, a priori, superior. Claro que se equivoca, pero éste es precisamente el gran derecho de la juventud, el de equivocarse impunemente.
La juventud tiene derecho a equivocarse impunemente.
José Ortega y Gasset (1883 - 1955), filósofo y ensayista español.
La gente joven se conforma rápidamente, tiene toda la vida por delante.
Ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe.
José Saramago (1922 - 2010), escritor portugués y Premio Nobel de Literatura en 1998.
Recuerdo en mi juventud aquel sentimiento que nunca más volverá: el sentimiento de que yo podría durar más que todo, más que el mar, más que la tierra, más que todos los hombres.
Joseph Conrad (1857 - 1924), novelista polaco que escribió en inglés.
El amor es maravilloso y absurdo e, incomprensiblemente, visita a cualquier clase de almas. Pero la gente absurda y maravillosa no abunda; y las que lo son, es por poco tiempo, en la primera juventud. Después comienzan a aceptar y se pierden.
Juan Carlos Onetti (1909 - 1994), escritor uruguayo.