Jorge III de Inglaterra, Thomas Malthus, Vasco da Gama, Constantino I, Malcolm X, Linus Pauling, David Livingstone, Verdi, Pablo Iglesias, Nicolás Salmerón, Isabel de Portugal, El Greco, Edmund Halley, Carl von Ossietzky.
Un hombre no trata de verse en el agua que fluye, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar paz a otros.
Confucio (h. 551 a. C. - 479 a. C.), filósofo chino.
No habrá tranquilidad en el mundo, ni equilibrio inestable en la sociedad, mientras los hombres, condenados en número infinito a la miseria, no tengan todos, después de la diaria tarea, un momento de descanso para regenerar el vigor y mantenerse así con la dignidad de seres libres y pensantes.
Élisée Reclus (1830 - 1905), geógrafo y escritor anarquista francés.
Si no puede pagar una cosa, no la compre. Si no logra que le paguen por ella, no la venda. Haga esto y tendrá noches tranquilas.
Ernst Fischer (1899 - 1972), filósofo, político, escritor y periodista austríaco.
Los grandes acontecimientos no corresponden a nuestros momentos bulliciosos, sino a nuestros momentos de tranquilidad.
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 - 1900), filósofo alemán.
Una conciencia tranquila nos hace serenos.
George Gordon Byron (1788 - 1824), conocido como Lord Byron, poeta inglés.
Todo lo que quería era un lugar tranquilo en el campo, donde escribir y pasear.
Jack London (1876 - 1916), escritor estadounidense.
Cuanto más tranquilo haga las cosas un hombre, mayor será su éxito, su influencia, su energía. La tranquilidad de la mente es una de las mejores joyas de la sabiduría.
James Allen (1864 - 1912), escritor y filósofo británico pionero del movimiento de autoayuda.
Ese es el gran problema. Nunca puedes encontrar un lugar que sea agradable y tranquilo, porque no existe. A veces puedes pensar que sí existe pero una vez que estas allí alguien se acerca sigilosamente y escribe "jódete" en tus propias narices.
Jerome David Salinger (1919 - 2010), escritor estadounidense.
El verdadero bien se halla únicamente en la tranquilidad de la conciencia.
Lucio Anneo Séneca (4 a.C. - 65), filósofo romano.
En ningún lugar puede encontrar el hombre un refugio más tranquilo y menos agitado que en su propia alma.
Está en tu poder retraerte cada vez que lo desees. La tranquilidad perfecta consiste en el orden de la mente, el reino que te pertenece.
Marco Aurelio Antonino Augusto (121-180), emperador romano y filósofo estoico.
Nada contribuye tanto a tranquilizar la mente como un propósito firme, un punto en el que el alma pueda fijar sus ojos intelectuales.
Mary Shelley (1793 - 1851), escritora británica.