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Tuthankhamón, Che Guevara, Marco Aurelio, Flemming, Einstein, Churchill, Colón, Madre Teresa de Calcuta, Abraham Lincoln, Simone Weil, Napoleón, Marx, Marie Curie, Richelieu, Allende.
Algo se había roto: un corazón se rompe más silenciosamente que un vaso de vidrio, no causa el estruendo con que se despide de la vida un objeto precioso: se va en silencio y deja silencio al desaparecer. Deja estupefacción porque no sólo ya no es lo que era, sino que ya no es lo que iba a ser... (Amor)
Pero tu cara, igual que sobre el Nilo, sobre el Sena o el Tíber, ¡tan hermosa!, ¡tan silenciosa!, ¡tan terrible, tan próxima, inconfundible, indefinible!... Me mira igual que siempre, porque siempre que abro de noche una ventana espero encontrarte mirándome, y te encuentro. (Amor)
Habría podido representar el papel bohemio, con la "mise en scène" de caléndulas, tazas de té de colores varios y alguna reproducción de Van Gogh en la pared, pero no tuve dinero ni para eso. (Apariencia)
Cuando la obra de arte tiene ya volumen, se establece una relación erótica entre ella y el artífice. Y en esta fase el artista no sólo hace con su amor la obra, sino que con la obra hace el amor. (Arte)
¿El esfuerzo? No sólo ni precisamente el esfuerzo, sino algo así como el desengaño. Pero, ¿qué desengaño?... El miedo a hacerse ilusiones respecto a sí mismo. Porque las ilusiones puestas en un ideal no son las temibles: el ideal no defrauda, sino es el ideal de un cretino. (Carácter)
Me negué a admitir esa clasificación o agrupación por la feminidad de personas que no tienen ninguna razón para agruparse. (Carácter)
Si yo hubiera tenido uno de esos cuerpos que permiten a una mujer ponerse en cualquier postura, no habría temido nunca llamar la atención sobre mí. (Carácter)
Pierdo el tiempo en el más imbécil harakiri; ni siquiera con bambú, con aguja de crochet. (Existencia)
Teje tu tela en el laurel dorado, mientras oyes zumbar los corazones, y bebe el néctar fiel de tu memoria. (Existencia)
Heredé las fórmulas familiares, religión, moral y costumbres de mis antepasados, pero eso no informó más que el cimiento de mi sistema personal. Lo básico, claro está, eso no puedo negarlo, pero aunque básico y soterrado, su categoría es la de apoyo, no la fórmula, como todo lo anterior. (Familia)
Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete? (Feminismo)
Yo no sé cómo acabará esto -nuestro exilio, si es que puede acabar-, pero en el mejor de los casos, la destrucción cotidiana nos está dejando irreconocibles. (Historia)
Rosa Clotilde Chacel Arimón (1898 - 1994), escritora española perteneciente a la Generación del 27.