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Marie Curie, Bach, Johannes Gutenberg, Juan Carlos I, Goya, Heinrich Schliemann, Bakunin, Thomas Hobbes, Lord Carnarvon, Juana la Loca, Josip Broz Tito, Isaac Newton, Gerardo Mercator, Alfonso V de Aragón.
Creemos, sobre todo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.
Alejandro Dumas (1802 - 1870), novelista y dramaturgo francés.
No creas sin pruebas. Trata las cosas divinas con gran respeto. Ni te acerques a ellas.
Ambrose Bierce (1842 - 1914), escritor y periodista estadounidense.
Demos gracias a Dios por habernos hecho este regalo de la muerte, para que la vida tenga sentido; de la noche, para que este día tenga sentido; del silencio, que habla para tener sentido; de la enfermedad, que es para que la salud tenga sentido; por la guerra, que hace que la paz tenga sentido. Demos gracias a Él por habernos dado cansancio y dolor, para que el descanso y la alegría tengan significado. Demos gracias a él, cuya sabiduría es infinita.
Amin Maalouf (1949 - ), escritor y periodista franco-libanés.
La ecuación de religión con creencia es más bien reciente.
Arnold J. Toynbee (1889 - 1975), historiador británico.
No creo en Dios pero estoy muy interesado en él.
Arthur Charles Clarke (1917 - 2008), escritor británico de ciencia ficción.
¿De veras es posible imaginar un Dios que se limitara a crear la ley de la causalidad y, después de dar el primer impulso para poner en marcha el mundo, dejara suceder todos los hechos posteriores de manera predeterminada e inevitable? No, no quiso que las cosas fueran tan sencillas: puso en el universo a un rival de la misma categoría, el libre albedrío, que está en todo momento dispuesto a plantar cara a la causalidad, incluso cuando él mismo cree someterse dócilmente a un mandato insondable.
Creas en lo que creas, sea en la existencia de un ser supremo, en la providencia, en una conciencia, una voluntad, un destino, una justicia celestial, o nada de todo eso, sino en el total absurdo del mundo y la existencia, en cualquier caso estás pensando en Dios.
La fe y la duda no tienen mucho que ver con el intelecto ni con el carácter. Son estados de espíritu. Por eso no son constantes, y siempre existe una predisposición hacia uno u otro de ellos. La experiencia personal ha convertido a más de un creyente en escéptico y a más de un escéptico en creyente.
Nuestra intuición de Dios es una prueba insuficiente de su existencia. Hay otra más sólida: nuestra capacidad de dudar de él.
Quien cree en Dios, le reza. Quien lo sabe, trabaja.
Siempre me ha parecido sospechoso que los creyentes contemplen la duda como un defecto del carácter, y que los escépticos vean la fe siempre como un síntoma de pobreza intelectual.
Arthur Schnitzler (1862 - 1931), médico, narrador, dramaturgo y novelista austríaco.
Me pregunta usted: "Exactamente, ¿por qué no cree usted en Dios?" Porque no he encontrado argumento racional que apoye dicha creencia.
Ayn Rand (1905 - 1982), filósofa y escritora ruso-estadounidense.