Garibaldi, Florence Nightingale, John Brown, Francisco Espoz, Mina, Henry Thoreau, Tadeusz Kosciuszko, Dian Fossey, Oliver Cromwell, Mozart, Johannes Keppler, Adolfo Suárez, Cristina de Suecia, Felipe V de Borbón, Benazir Bhutto.
Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz.
Henri-Frédéric Amiel (1821 - 1881), filósofo y escritor suizo.
El entusiasmo es la levadura que hace que tus esperanzas brillen en las estrellas. El entusiasmo es el brillo en tus ojos, el contoneo en tu forma de andar. El agarre de tu mano, la irresistible oleada de voluntad y energía para ejecutar tus ideas.
Henry Ford (1863 - 1947), empresario estadounidense padre de las cadenas de producción.
Cada día asesinamos nuestras mejores pasiones.
Para cantar primero hay que abrir la boca. Hay que tener dos pulmones y algunos conocimientos de música. No es necesario tener un acordeón, ni una guitarra. Lo esencial es querer cantar. Así, pues, esto es una canción. Estoy cantando.
Henry Miller (1891 - 1980), escritor estadounidense.
Cuando alguien que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello.
Hermann Hesse (1877 - 1962), escritor suizo de origen alemán, Premio Nobel en 1946.
La pasión constituye todo lo humano. Sin ella, la religión, la historia, la novela, el arte serían inútiles.
Si el amor es la primera entre las pasiones es porque halaga a todas las demás.
Honoré de Balzac (1799 - 1850), escritor francés.
Sólo el que domina sus pasiones es libre.
Quinto Horacio Flaco (65 a. C. - 8 a. C.), poeta lírico y satírico romano.
Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas...
Jacinto Benavente (1866 - 1954), dramaturgo español, Premio Nobel de Literatura en 1922.
El pueblo comprende más pronto el lenguaje de las pasiones que el de la razón.
La pereza, es decir, la pasión de la inacción, tiene, para triunfar, una ventaja sobre las demás pasiones, y es que no exige nada.
Las pasiones son buenos instrumentos, pero malos consejeros. El hombre sin pasiones sería frío, pero en cambio el hombre dominado por las pasiones, es ciego.
Jaime Balmes (1810 - 1848), filósofo, teólogo y sociólogo español.