Aforismos, citas y frases célebres

El genio tiene virtudes de catálisis: permite que se realicen en frío ciertas operaciones espirituales que exigen, de ordinario, las altas temperaturas de la pasión.

Jean Rostand (1894 - 1977), biólogo y académico francés.

La pasión es una cosa bastante aterradora porque si tienes pasión no sabes dónde te llevará.

Jiddu Krishnamurti (1895 - 1986), escritor y orador en materia filosófica y espiritual indio.

Lo peor de la pasión es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos.

Joaquín Ramón Martínez Sabina (1949 - ), cantautor y poeta español.

Señores míos: yo acostumbro comparar el entusiasmo con las ostras, que cuando no se comen bien bien frescas constituyen indudablemente un plato desagradable.

Una pasión verdadera transforma de pronto al adolescente en hombre.

Johann Wolfgang von Goethe (1749 - 1832), escritor y científico alemán.

Quien reina desde sí mismo, y gobierna las pasiones, deseos y miedos, es más que un rey.

John Milton (1608 - 1674), poeta inglés.

Encuentre una misión a la que pueda entregarse y luego pase sus días haciendo avanzar esa misión. El hombre está hecho para que cuando algo enciende su alma, las imposibilidades se desvanezcan.

Para preservar el dominio de nuestras propias pasiones, es necesario que estemos constante y estrictamente en guardia contra la influencia y la infección de las pasiones de los demás.

John Quincy Adams (1767 - 1848), diplomático, político estadounidense y sexto presidente de su país.

A la gente le encanta el blanco o negro. El gris le da dolor de cabeza. Los matices le provocan náuseas.

Una de las mayores ironías de la naturaleza humana: cuanto más nos desorientan nuestras pasiones, más seguros estamos de ver las cosas con claridad.

John P. Verdon (1942 - ), novelista estadounidense.

Sólo los verdaderamente apasionados pueden ser verdaderamente fríos.

José Bergamín Gutiérrez (1895 - 1983), escritor español, exiliado en Uruguay entre 1948 y 1953.

El enamorado de un ideal, de cualquiera -pues es triste no tener ninguno-, es una chispa; contagia a cuanto le rodea el incendio de su ánimo apasionado.

José Ingenieros (1877 - 1925), médico, psiquiatra y sociólogo ítalo-argentino.