www.aforismos.net
Juan Pablo II, Pedro de Valdivia, Ghandi, Alfred Nobel, Lula da Silva, Martin Lutero, Simone de Beauvoir, Alfonso XIII, Pablo VI, Fernando VII, Fidel Castro, Frida Kahlo, Hernán Cortés, Yuri Gagarin, Sócrates.
El amor es tan fuerte como la muerte y tan duro como el infierno. La muerte separa el alma del cuerpo, pero el amor separa todas las cosas del alma.
Eckhart de Hochheim (h. 1260 - h. 1328), místico dominico alemán, gran teólogo y filósofo.
El Amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el ser humano.
El amor es lo más grande que hay en el mundo; y sin embargo, es difícil imaginar algo más pequeño.
Mahatma Gandhi (1869 - 1948), abogado, pensador y político hindú.
El amor es lo único que da sentido en este mundo a nuestras lastimosas sendas; claro que no estoy descubriendo nada nuevo.
No se puede vivir sin amar.
Malcolm Lowry (1909 - 1957), poeta y novelista inglés.
Necesitamos más luz el uno del otro. La luz crea comprensión, la comprensión crea amor, el amor crea paciencia y la paciencia crea unidad.
Malcolm X (1925 - 1965), líder nacionalista negro y musulmán de Estados Unidos.
¿Ignoras acaso que el primer amor de un ser desdichado es un amor inmenso?
Porque te amé, porque te idolatré, por eso empiezo a odiarte. No se aborrece a una mujer sin haberla querido mucho primero.
Manuel Tamayo y Baus (1829 - 1898), dramaturgo español.
En nuestra vida sólo existe un color, como en la paleta de un artista, que ofrece el significado de la vida y el arte. Es el color del amor.
Sólo me interesa el amor, y estoy sólo en contacto con las cosas que giran alrededor del amor.
Solo tuve que abrir la ventana de mi dormitorio, y el aire azul, el amor y las flores entraron por ella.
Marc Chagall (1887 - 1985), pintor surrealista francés de origen judío-bielorruso.
Cuando se está enamorado, el amor es tan grande que no cabe en nosotros: irradia hacia la persona amada, se encuentra allí con una superficie que le corta el paso y le hace volverse a su punto de partida; y esa ternura, que nos devuelve el choque, nuestra propia ternura, es lo que llamamos sentimientos ajenos, y nos gusta más nuestro amor al tornar que al ir, porque no notamos que procede de nosotros mismos.
Marcel Proust (1871 - 1922), escritor francés.