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Mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles, mi edad mediana al de la patria, creo que me he ganado mi vejez.
José De San Martín y Matorras (1778 - 1850), libertador argentino de Argentina, Chile y Perú.
El diablo no sabe más por viejo que por diablo. Si se arrepiente no es por santidad; sino por impotencia.
José Ingenieros (1877 - 1925), médico, psiquiatra y sociólogo ítalo-argentino.
(Con los años) se vuelve uno más radical, pero también más observador, juez e intransigente. Y más amargo porque la vida tiene más amargo que dulce.
El anciano es el aristócrata de la vejez.
La tragedia de la vejez no consiste en ser viejo, sino en que aún se es joven.
José Luis Coll (1931 - 2007), humorista y escritor español.
Quiero pensar que no me gusta volver atrás porque, aun cuando ya me voy haciendo bastante viejo, todavía prefiero mirar adelante.
José Luis López Aranguren (1909 - 1996), filósofo español.
Los años me dan alguna serenidad pero también más radicalidad, quizá porque percibo mejor la demencia [...], a mi edad, la rebeldía es contra lo demencial de la organización humana y los que la dirigen.
José Luis Sampedro Sáez (1917 - 2013), escritor, humanista y economista español.
Cuando no se ha cuidado del corazón y la mente en los años jóvenes, bien se puede temer que la ancianidad sea desolada y triste.
El cuerpo es siempre el mismo, y decae con la edad; la mente cambia sin cesar, y se enriquece y perfecciona con los años.
José Martí (1853 - 1895), político, pensador, periodista y revolucionario cubano.
Algunos viejos son así, les sobra orgullo a medida que les va faltando tiempo.
Cuando llegamos a viejos y nos damos cuenta de que el tiempo se acaba, nos ponemos a imaginar que tenemos en la mano el remedio para todos los males del mundo y nos desesperamos porque no nos prestan atención.
La vejez comienza cuando se pierde la curiosidad.
José Saramago (1922 - 2010), escritor portugués y Premio Nobel de Literatura en 1998.