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Pablo VI, Fernando VII, Fidel Castro, Frida Kahlo, Hernán Cortés, Yuri Gagarin, Sócrates, Fernando el católico, Elvis Presley, Indira Gandhi, Mao Zedong, Galileo Galilei, Aristoteles, Francisco Pizarro.
Si vuestra obra de arte es buena, si es verdadera, encontrará su eco y se hará su lugar... dentro de seis meses, de seis años, o después de nuestra muerte. ¿Qué más da?
John Ruskin (1819 - 1900), escritor y crítico británico.
Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas.
Jorge Luis Borges (1899 - 1986), escritor argentino.
Aristóteles abre tres opciones según sea la intención del artista: ocuparse de lo que la realidad es, de lo que la realidad parece o de lo que la realidad debe ser.
Jorge Wagensberg Lubinski (1948 - 2018), físico español.
El arte nada tiene que ver con la miseria que pueda tener un país, ni con su situación social, ni con la economía.
El arte y la literatura no son más que un fenómeno de orden absolutamente secundario de la red de hechos vivientes que se manifiestan en la vida común.
Josep Pla i Casadevall (1897 - 1981), escritor y periodista español en lenguas catalana y castellana.
El artista apela a nuestra capacidad para el deleite, para la admiración; a nuestra intuición del misterio que rodea la vida; a nuestro sentido de piedad, belleza y dolor; a la latente sensación de hermandad con todo lo creado, y a la sutil pero invencible fe en la solidaridad que une la soledad de innumerables corazones, y enlaza estrechamente a toda la humanidad.
Un artista es un hombre de acción, si crea una personalidad, inventa un expediente, o considera la cuestión de una situación compleja.
Joseph Conrad (1857 - 1924), novelista polaco que escribió en inglés.
La danza debe dar la idea de una ligereza y una soltura incorpóreas, por así decirlo. El efecto de las bellas artes tiene como único mérito lo que todas éstas deben tener como fin, el de hacer imaginar almas por medio de cuerpos.
Lo importante, en la elocuencia y en las artes, no está en lo que decimos, sino en lo que dejamos oír; no está en lo que pintamos, sino en lo que dejamos imaginar.
Lo que sorprende, sorprende una vez, pero lo que es admirable lo es más cuanto más se admira.
Si el ojo no se dejara seducir fácilmente, los placeres que ofrece el arte de la pintura no existirían. Lo que es plano no lo podríamos tomar ni por cóncavo ni por convexo, e incluso los dibujos de Rafael se nos presentarían como rajaduras y garabatos insignificantes. Ocurre lo mismo con el arte de escribir: si el lector no posee una imaginación equivalente al carácter del ojo, Virgilio pierde toda su belleza.
Una obra de arte no debe tener el aspecto de una realidad, sino de una idea.
Joseph Joubert (1754 - 1824), moralista y ensayista francés.