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Martin Luther King, Simón Bolívar, Emilio Castelar, Margaret Thatcher, Ramón, Cajal, Kennedy, Leonardo Da Vinci, Juan Pablo II, Pedro de Valdivia, Ghandi, Alfred Nobel, Lula da Silva, Martin Lutero, Simone de Beauvoir, Alfonso XIII.
¡Qué pobres mujeres! Es tristísimo ver que los seres que, de por sí, por la fatalidad de su estructura, ya tienen bastante para ser deplorables, no remedien esa situación natural con un poco de grandeza.
Era una mujer; pero lo era sin duda por un error de la naturaleza.
Rosa Clotilde Chacel Arimón (1898 - 1994), escritora española perteneciente a la Generación del 27.
Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Nací sierva y soy libre. He visto en mi vida cosas maravillosas. He hecho en mi vida cosas maravillosas.
Rosa Montero Gayo (1951 - ), escritora y periodista española.
Sin la mujer, la vida es pura prosa.
Rubén Darío (1867 - 1916), poeta, periodista y diplomático nicaragüense.
La intuición de la mujer es más precisa que la certeza del hombre.
La más tonta de las mujeres puede manejar a un hombre inteligente, pero es necesario que una mujer sea muy hábil para manejar a un imbécil.
Rudyard Kipling (1865 - 1936), escritor británico.
La esposa ideal es aquella que sigue siendo fiel, pero que intenta parecer tan coqueta como si no lo fuera.
Sacha Guitry (1885 - 1957), dramaturgo y guionista de cine francés.
¿En qué se diferencia una mujer que hace el amor con otra mujer de una mujer que hace el amor con un hombre?
Safo de Lesbos o de Mitilene (cerca de 650/610 a. C. - 580 a. C.), poetisa griega de la época arcaica.
Puede afirmarse sin temor a errar que la obra de la mujer en su hogar es la más creadora que cabe imaginar.
Salvador de Madariaga y Rojo (1886 - 1978), ministro, diplomático, escritor y ensayista español.
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?
Sigmund Freud (1856 - 1939), médico neurólogo austriaco, padre del psicoanálisis.
El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.
La mujer no es nada más que lo que el hombre decide que sea; así, se le llama "el sexo" queriendo decir con ello que aparece esencialmente ante el hombre como un ser sexuado: para él, ella es sexo, y lo es de un modo absoluto. Se determina y se diferencia en relación al hombre y no en relación a lo que ella misma es; ella es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el sujeto, el absoluto: ella es "lo otro".
Simone de Beauvoir (1908 - 1986), novelista y filósofa francesa.