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Luis XVI, Pedro I el Grande, Miguel de Unamuno, Rudyard Kipling, Isabel II de España, Carl von Linneo, Vivaldi, Vicealmirante Nelson, María Antonieta, Blaise Pascal, Jean-Paul Marat, Godoy, Imanuel Kant, Beethoven.
Los sentimientos se diluyen en palabras; deberían destilarse todos los actos en acciones que produzcan resultados.
Florence Nightingale (1820 - 1910), enfermera, escritora y estadística británica.
La intuición es una facultad espiritual que no da explicaciones, simplemente nos señala el camino.
Florence Scovel Shinn (1871 - 1940), filósofa, escritora e ilustradora estadounidense.
La razón habla y el sentimiento muerde.
Francesco Petrarca (1304 - 1374), lírico y humanista italiano, de gran influencia en su época.
Sentir y pensar, considerándolo bien, son como el ciego que guía al cojo.
Franz Grillparzer (1791 - 1872), dramaturgo austriaco.
No es la fuerza, sino la perseverancia de los altos sentimientos la que hace a los hombres superiores.
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 - 1900), filósofo alemán.
El sentimiento es la forma inferior que un contenido puede tener; en ella existe lo menos posible.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770 - 1831), filósofo alemán.
Hay hombres capaces de sentir y hasta de sentir delicadamente e incapaces de exteriorizar los sentimientos.
George Bernard Shaw (1856 - 1950), escritor irlandés.
En todas partes, una mirada es una forma de lenguaje.
George Herbert (1593 - 1633), poeta, orador y sacerdote inglés.
Algunas viejas heridas nunca sanan y sangran de nuevo a la menor palabra.
George Raymond Richard Martin (1948 - ), escritor estadounidense de fantasía y ciencia ficción.
Amo la regla que corrige la emoción. Me encanta la emoción que corrige la regla.
Georges Braque (1882 - 1963), pintor y escultor francés, uno de los padres del cubismo.
He sido, toda mi vida, una víctima de mis sentidos.
Reconociendo que durante toda mi vida he actuado más a impulsos de los sentimientos que obedeciendo al resultado de mis reflexiones, he creído reconocer que mi conducta ha dependido más de mi carácter que de mi razón, que habitualmente han sido opuestos, y, en sus choques constantes, nunca me pareció tener una razón a la altura de mi carácter ni un carácter a la altura de mi razón.
Giacomo Girolamo Casanova (1725 - 1798), aventurero, escritor y diplomático.