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Nelson Mandela, Julio César, Davy Crockett, Carlomagno, George Gordon Byron, Beatriz Galindo, Alfonso X el Sabio, Enrique VIII, Teodosio, El Gran Capitán, Marco Aurelio, Catalina de Aragón, Gustavo Adolfo Becquer.
Si el alma es de inmortal naturaleza, si al nacer en el cuerpo se insinúa, ¿Cómo es que no podemos acordarnos de la vida pasada, ni tenemos de los antiguos hechos resto alguno?
Tito Lucrecio Caro (99 aC. - 55 aC.), poeta y filósofo romano.
Yo creía y creo, y creo creer la verdad.
Ludovico Ariosto (1474 - 1533), poeta italiano.
La fe desencadena los deseos del hombre de las restricciones de la inteligencia natural.
La fe es el poder de la fuerza imaginativa, que convierte la realidad en irrealidad, y la irrealidad en realidad; es la contradicción directa con la verdad de los sentidos, es la verdad de la razón. La fe niega lo que afirma la razón y afirma lo que ella niega.
La fe sólo se refiere a cosas que objetivan, en oposición con los límites, es decir, las leyes de la naturaleza y de la razón, la omnipotencia del sentimiento humano y de los deseos humanos.
Sólo quien no tiene padres terrestres necesita padres celestiales.
Ludwig Andreas Feuerbach (1804 - 1872), filósofo, antropólogo alemán y crítico de la religión.
Crea usted todo lo que quiera. Pero respete lo que ven y tocan los demás, aunque sea lo contrario de lo que usted ve y toca.
Luigi Pirandello (1867 - 1936), escritor italiano, ganador del Nobel de Literatura en 1934.
Lo que convence es la convicción. Cree en el argumento que defiendes. Si no lo haces, estás muerto. La otra persona sentirá que no es verosímil, y ningún razonamiento, no importa lo lógico, elegante o brillante que sea, ganará el caso por usted.
Lydon Baines Johnson (1908 - 1973), político y trigésimo sexto presidente de EE.UU. de 1963 a 1969.
¡Oh alma mía, sal fuera, Dios entra! Hunde todo mi ser en la nada de Dios ¡Húndete en el caudal sin fondo! Si salgo de ti, tú vienes a mí, si yo me pierdo, a ti te encuentro. ¡Oh bien más allá del ser!
Aquí el fondo de Dios es mi fondo, y mi fondo es el fondo de Dios...Desde este fondo interior debes hacer todas tus obras, sin porqué...Si alguien se imagina, verdaderamente, que por la interioridad, la devoción y la gracia especial va a recibir más de Dios que junto al hogar o en el establo, entonces no hace algo distinto que si tomara a Dios y le cubriera la cabeza con una manta...Quien busca a Dios sin modo, lo comprende tal como es en sí mismo...
Cada criatura es una palabra de Dios.
Cuando el alma alcanza la luz sin mezcla, entonces penetra en su insignificancia, tan lejos de su ser creado que no puede regresar de ninguna manera por fuerza propia a su ser creado. Y Dios, a causa de su ser increado, sostiene su insignificancia y la contiene en su ser. El alma se ha arriesgado a ser reducida a la nada y no puede, por sí misma, retornar a sí misma...
Eckhart de Hochheim (h. 1260 - h. 1328), místico dominico alemán, gran teólogo y filósofo.