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Luis XVI, Pedro I el Grande, Miguel de Unamuno, Rudyard Kipling, Isabel II de España, Carl von Linneo, Vivaldi, Vicealmirante Nelson, María Antonieta, Blaise Pascal, Jean-Paul Marat, Godoy, Imanuel Kant, Beethoven.
El oprimido por la adversidad no debe mostrarse menesteroso, porque hará desesperada su fortuna.
Diego de Saavedra Fajardo (1584 - 1648), escritor y diplomático español.
En las desgracias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas.
Epicteto de Frigia (55 -135), filósofo griego estoico.
Es fácil, al que tiene el pie fuera de las desgracias, aconsejar y amonestar al infortunado.
Esquilo (525 a. C. - 456 a. C.), dramaturgo griego.
No hay desgracias para los corazones débiles. La desgracia quiere un corazón fuerte.
Fiódor Dostoievski (1821 - 1881), novelista ruso.
Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia.
Se necesitan dos para que haya un accidente.
Francis Scott Key Fitzgerald (1896 - 1940), novelista y narrador estadounidense.
La adversidad depende menos de los males que sufrimos que de la imaginación con que los padecemos.
François de Salignac de la Mothe (1651 - 1715), poeta y escritor francés, alias Fénelon.
Bebed si sois felices, pero nunca si sois desgraciados.
Gilbert Keith Chesterton (1874 - 1936), escritor británico.
Se debe ser muy desgraciado cuando no se tiene fe en nada.
Gonzalo Torrente Ballester (1910 - 1999), escritor y profesor de Historia español.
La desdicha, como la piedad, puede convertirse en un hábito.
Henry Graham Greene (1904 - 1991), escritor inglés.
No son las grandes desgracias las que debemos temer en la vida, sino las pequeñas. Más temo a los pinchazos de aguja que a los sablazos.
Gustave Flaubert (1821 - 1880), escritor francés.
En cuanto sucede una desgracia, siempre hay un amigo que viene a contárnosla y a escarbar nuestro corazón con un puñal.
Honoré de Balzac (1799 - 1850), escritor francés.