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Marie Curie, Bach, Johannes Gutenberg, Juan Carlos I, Goya, Heinrich Schliemann, Bakunin, Thomas Hobbes, Lord Carnarvon, Juana la Loca, Josip Broz Tito, Isaac Newton, Gerardo Mercator, Alfonso V de Aragón.
Evoluciones progresivas que crecen cada vez más, son la materia de la historia.
Novalis (1772 - 1801), poeta romántico alemán.
La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, por que no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones...
Octavio Paz (1914 - 1998), poeta, escritor y diplomático mexicano.
El aldeano carece de historia. La aldea queda fuera de la historia universal, y toda la evolución desde la "guerra de Troya" hasta la guerra de Mitrídates pasa por encima de esos breves puntos del paisaje, aniquilándolos a veces, derramando su sangre, pero dejando intacta su intima esencia.
El siglo XIX era el de las ciencias naturales, el siglo XX le pertenece a la psicología. Ya no creemos en el predominio de la razón con respecto a la vida. Comprendemos que la vida prima con respecto a la razón. El conocimiento del hombre nos es más importante que las ideologías abstractas y generales; de optimistas nos hemos transformado en escépticos, no debemos considerar lo que podría haber sucedido, sino lo que ha de venir. En vez de transformarnos en esclavos de ideales debemos de preferentemente tratar de dominar los acontecimientos.
Este es el gran problema del siglo XX: poner cuidadosamente de manifiesto la estructura de las unidades orgánicas, por las cuales y en las cuales se desenvuelve la historia universal; distinguir lo que morfológicamente en necesario y esencial de aquello que sólo es contingente.
La historia de todas las culturas es una guerra sin fin entre los pueblos, entre las clases, entre los individuos, y siempre por la misma y única difícil cuestión. Tan pronto sale a la luz alguna creación se manifiesta el espíritu antagónico.
La historia de una cultura es la realización progresiva de sus posibilidades.
La historia mundial es la historia de las naciones y la historia de las naciones es la historia de sus guerras. Las ideas, cuando exigen una decisión efectiva, se disfrazan de entidades políticas, de naciones, de pueblos y de partidos. Hay que dilucidarlas por medio de las armas, no de las palabras.
La historia universal es la historia del hombre urbano.
La ley del eterno retorno es la misma, en gran escala, de lo que es, en pequeña escala, el cambio de la vida a la muerte, el derrumbe de Estados, costumbres, condiciones culturales.
Ni la economía, ni la política tienen historia, sino que ellas mismas son historia.
Un cambio profundo comienza al iniciarse la agricultura -actividad artificial completamente ajena a los cazadores y los pastores-. El que cava y cultiva la tierra no pretende saquear la naturaleza, sino cambiarla. Plantar no significa tomar algo, sino producir algo. Pero al hacer esto, el hombre mismo se torna planta, es decir, aldeano, arraigando en el suelo cultivado. El alma del hombre descubre un alma en el paisaje que le rodea. Anúnciase entonces un nuevo ligamen de la existencia, una sensibilidad nueva. La hostil naturaleza se convierte en amiga. La tierra es ahora ya la madre tierra. Anúdase una relación profunda entre la siembra y la concepción, entre la cosecha y la muerte, entre el niño y el grano.
Oswald Spengler (1880 - 1936), filósofo e historiador alemán