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Garibaldi, Florence Nightingale, John Brown, Francisco Espoz, Mina, Henry Thoreau, Tadeusz Kosciuszko, Dian Fossey, Oliver Cromwell, Mozart, Johannes Keppler, Adolfo Suárez, Cristina de Suecia, Felipe V de Borbón, Benazir Bhutto.
Hay tres reglas para escribir una novela. Lamentablemente, nadie sabe cuáles son.
La lectura no da al hombre sabiduría; le da conocimientos.
William Somerset Maugham (1874 - 1965), dramaturgo y escritor británico.
Para la poesía no existen ni países grandes ni pequeños. Su dominio está en el corazón de todos los hombres.
Yorgos Stilianú Seferiadis (1900 -1971), poeta, ensayista y diplomático griego, Premio Nobel de Literatura en 1963.
Contar relatos efectivos no es fácil. La dificultad no estriba en contarlos, sino en convencer a todos y cada uno para que se los crean. Gran parte de la historia gira alrededor de esta cuestión: ¿Cómo convence uno a millones de personas para que crean determinadas historias sobre dioses, naciones, o compañías de responsabilidad limitada? Pero cuando esto tiene éxito, confiere un poder inmenso a los sapiens, porque permite a millones de extraños cooperar y trabajar hacia objetivos comunes. Piense el lector lo difícil que habría sido crear estados, o iglesias, o sistemas legales si solo pudiéramos hablar de cosas que realmente existen, como los ríos, árboles y leones.
La literatura romántica suele presentar al individuo como alguien que brega contra el Estado y el mercado. Nada podría estar más lejos de la verdad. El Estado y el mercado son la madre y el padre del individuo, y el individuo únicamente puede sobrevivir gracias a ellos. El mercado nos proporciona trabajo, seguros y una pensión. Si queremos estudiar una profesión, las escuelas del gobierno están ahí para enseñarnos. Si queremos abrir un negocio, el banco nos presta dinero.
Yuval Noah Harari (1976 - ), historiador israelí, escritor y profesor de Universidad.