Amadeo de Saboya, Henry Dunant, Ramses II, Georges Washington, Aretha Franklin, Felipe II, Jesucristo, Raimundo Llull, Hiram Bingham, Haile Selassie, Francesco Petrarca, Diana de Gales, Constancio I, Arthur John Evans.
Prohíbo que se me haga ningún género de funeral; y desde el lugar en que falleciere se me conducirá directamente al cementerio sin ningún acompañamiento.
Siento la fatiga de la muerte.
José De San Martín y Matorras (1778 - 1850), libertador argentino de Argentina, Chile y Perú.
Lo bueno que tiene morirse es que no hay que madrugar.
José Luis Coll (1931 - 2007), humorista y escritor español.
Hay un limite para las lagrimas que podemos derramar ante las tumbas de los muertos.
La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
José Martí (1853 - 1895), político, pensador y periodista cubano.
Al final descubrimos que la única condición para vivir, es morir.
De lo que la muerte no podrá ser acusada nunca es de haber dejado a algún viejo indefinidamente olvidado en el mundo, sólo para que cada día sea más viejo, sin mérito que se conociese u otro motivo a la vista.
Es lo que tiene de bueno la muerte, con ella se acaba todo.
Es más que cierto y sabido que la muerte, ya sea por incompetencia de origen ya sea por mala fe adquirida, con la experiencia, no escoge a sus víctimas de acuerdo con la duración de las vidas que vivieron.
La muerte, al fin y al cabo, es la novia eterna a cuyos brazos el hombre valeroso ha de aspirar.
José Saramago (1922 - 2010), escritor portugués y Premio Nobel de Literatura en 1998.
Si no se ha sabido vivir, menos aún puede saberse morir.
Joseph Sanial-Dubay (1754 - 1817), escritor francés.
La esperanza es nuestro consuelo ante la mortalidad.
Joyce Carol Oates (1938 - ), escritora y crítica estadounidense.