www.aforismos.net
Isabel de Braganza, Howard Carter, Tomás Moro, Rosa Luxemburgo, Neil Armstrong, Eduardo VII, Edmund Hillary, Martin Luther King, Simón Bolívar, Emilio Castelar, Margaret Thatcher, Ramón, Cajal, Kennedy, Leonardo Da Vinci.
Si te atrae una lucecita, síguela. Si te conduce al pantano, ya saldrás de él. Pero si no la sigues, toda tu vida te mortificarás pensando que tal vez era tu estrella.
Lucio Anneo Séneca (4 a.C. - 65), filósofo romano.
Pero no podría en los hombres el destino, si del futuro cada uno fuera adivino.
Ludovico Ariosto (1474 - 1533), poeta italiano.
Me adueñaré de mi destino agarrándolo por el cuello. No me dominará.
Ludwig van Beethoven (1770 - 1827), compositor, director de orquesta y pianista alemán.
Si fuéramos capaces de volver nuestro destino al azar y aceptar sin desmayo el misterio de nuestra vida, podría hallarse próxima una cierta dicha, bastante semejante a la inocencia.
Luis Buñuel Portolés (1900 - 1983), director de cine español nacionalizado mexicano.
Cuando somos capaces de conocernos a nosotros mismos, rara vez nos equivocamos sobre nuestro destino.
Lo más grande que ha hecho el hombre se debe al doloroso sentimiento de lo incompleto de su destino.
Anne-Louise Germaine Necker, baronesa de Staël-Holstein (1766 - 1817), escritora suiza.
Acepta las cosas a las que el destino te ata y ama a las personas que el destino te trae, pero hazlo con todo tu corazón.
Acepta lo que venga tejido en el patrón de tu destino, pues... ¿qué podría ser más adecuado para satisfacer tus necesidades?
Marco Aurelio Antonino Augusto (121-180), emperador romano y filósofo estoico.
Siempre hace falta un golpe de locura para desafiar al destino.
Marguerite Yourcenar (1903- 1987), poetisa, novelista y autora de teatro belga.
No es lo que vivimos lo que forja nuestro destino, sino lo que sentimos por lo que vivimos.
Marie von Ebner-Eschenbach (1830 - 1916), escritora austríaca nacida en República Checa.
Cada hombre tiene su propio destino.
Mario Puzo (1920 - 1999), escritor estadounidense de origen italiano.
Es difícil creer que el destino de un hombre sea tan bajo que le lleve a nacer sólo para morir.
Mary Shelley (1793 - 1851), escritora británica.