Jorge III de Inglaterra, Thomas Malthus, Vasco da Gama, Constantino I, Malcolm X, Linus Pauling, David Livingstone, Verdi, Pablo Iglesias, Nicolás Salmerón, Isabel de Portugal, El Greco, Edmund Halley, Carl von Ossietzky.
Cuando se trata de un mortal es preciso esperar su último día antes de llamarle feliz.
Sófocles (496 a. C. - 406 a. C.), poeta trágico griego.
No llames a ningún hombre feliz hasta que muera; en el mejor de los casos, es afortunado.
Solón (638 aC.- 558 aC.), legislador y poeta ateniense y uno de los Sietes Sabios de Grecia.
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
Soren Kierkegaard (1813 - 1855), filósofo danés.
Feliz es el hombre que quiere lo que consigue, no el que consigue lo que quiere.
La felicidad no depende de lo que nos rodea, sino de nosotros mismos, verdad absoluta poco creída.
La felicidad se adquiere como la fuerza muscular, por ejercicio y continua práctica.
Uno de los secretos de la felicidad consiste en hacer nuestras costumbres agradables.
Stephen Crane (1871 - 1900), escritor y periodista estadounidense.
La felicidad del cuerpo se funda en la salud; la del entendimiento, en el saber.
Tales de Mileto (h. 630 aC. - h. 545 aC.), filósofo griego.
La felicidad no es algo hecho, se deriva de nuestras propias acciones.
Si dominamos nuestra mente, vendrá la felicidad.
Tenzin Gyatso (1935- ), XIV Dalái Lama del Tibet, líder espiritual del Budismo Tibetano.
La felicidad no depende de lo que uno no tiene, sino del buen uso que hace de lo que tiene.
Thomas Hardy (1840 - 1928), novelista y poeta británico vinculado al naturalismo.
La felicidad es una circunstancia o estado imaginario, que antes los vivos atribuían a los muertos y que ahora los adultos se lo atribuyen a los niños y los niños a los adultos.
Thomas Szasz (1920 - 2012), profesor de psiquiatría húngaro y referente de la antipsiquiatría.