Nicolae Ceaucescu, Miguel Hidalgo, Reza Pahlevi, Bernardo OHiggins, Lech Walesa, Duque de Wellington, Alejandro Magno, Sigmund Freud, Rousseau, Konrad Adenauer, Charles Darwin, Nefertiti, Cervantes, Carlos I de España.
Recapacite al atardecer, contemplando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.
Ralph Waldo Emerson (1803 -1882), escritor, filósofo y poeta estadounidense.
La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.
Ramón Gómez de la Serna (1888 - 1963), escritor español inventor de la greguería.
Llénate los ojos de asombro, vive como si fueses a morir en los próximos diez segundos. Observa el universo. Es más fantástico que cualquier sueño construido o pagado en una fábrica.
Ray Bradbury (1920 - 2012), escritor estadounidense.
Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz. Pero la segunda depende de ti y de nadie más. El único responsable de tu felicidad eres tú mismo.
Regina Brett (1956 - ), periodista estadounidense.
Si tu felicidad depende de lo que hagan los demás, imagino que estarás en aprietos.
Richard Bach (1936 - ), escritor y aviador estadounidense
Sólo la vulgaridad es feliz, pero lo noble no se eleva más que en el dolor.
Richard Wagner (1813 - 1883), compositor, director de orquesta y poeta alemán romántico.
No existe ningún deber que infravaloremos tanto como el deber de ser felices.
No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices. Al ser felices sembramos beneficios anónimamente por el mundo.
Robert Louis Stevenson (1850 - 1894), escritor escocés.
El hombre, por lo común, sólo sabe reconocer su felicidad en la medida de la desgracia que ha experimentado.
Saadi (1213 - 1291), poeta persa.
A mí me parece que los que son felices en este mundo son mejores y más amables que las personas que no lo son.
Samuel Butler (1835 - 1902), escritor, compositor y filólogo inglés.
La felicidad consiste en seguir deseando lo que ya se posee.
San Agustín (354 - 430), obispo de Hipona y Padre de la Iglesia latina.
Toda la dicha que hay en este mundo, toda, proviene de desear que los demás sean felices; y todo el sufrimiento que hay en este mundo, todo, proviene de desear mi propia felicidad.
Shantideva (687 - 763), budista indio y maestro de meditación.