Thomas Hobbes, Lord Carnarvon, Juana la Loca, Josip Broz Tito, Isaac Newton, Gerardo Mercator, Alfonso V de Aragón, Amadeo de Saboya, Henry Dunant, Ramses II, Georges Washington, Aretha Franklin, Felipe II, Jesucristo.
Con tanto ardor deben los ciudadanos pelear por la defensa de las leyes, como por la de sus murallas, no siendo menos necesarias aquéllas que éstas para la conservación de una ciudad.
Todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina.
Heráclito de Éfeso (h. 540 a. C. - h. 480 a. C.), filósofo griego presocrático.
Las leyes son como las telas de araña, a través de las cuales pasan libremente las moscas grandes y quedan atrapadas las pequeñas.
Honoré de Balzac (1799 - 1850), escritor francés.
No hay suficientes cárceles, no hay suficientes policías, no hay suficientes tribunales para hacer cumplir una ley que no apoya el pueblo.
Hubert H. Humphrey (1911 - 1978), político y vicepresidente estadounidense.
Dictar leyes orientadas a la felicidad se hace más bien para conservar y asegurar el estado de derecho y procurar que exista la comunidad, sobre todo frente a enemigos exteriores del pueblo.
El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos.
Immanuel Kant (1724 - 1804), filósofo alemán.
Hay que hacer las reglas, no seguirlas.
Isaac Newton (1643 - 1727), científico, físico, filósofo y matemático inglés.
Los dictadores pueden reformar las leyes; pero no las costumbres.
Jacinto Benavente (1866 - 1954), dramaturgo español, Premio Nobel de Literatura en 1922.
Sin orden no hay obediencia a las leyes, y sin obediencia a las leyes no hay libertad, porque la verdadera libertad consiste en ser esclavo de la ley.
Jaime Balmes (1810 - 1848), filósofo, teólogo y sociólogo español.
¿Qué comerciante prudente pondría en peligro su fortuna en cualquier comercio si desconoce que sus planes podrían volverse ilegales antes de poder ejecutarse?
Así como se dice que un hombre posee un derecho a su propiedad, igualmente se puede decir que posee una propiedad en sus derechos.
Estoy totalmente de acuerdo con la conveniencia de recurrir al sentido en que la Constitución fue aceptada y ratificada por la Nación. Solo en ese sentido se puede considerar que la Constitución es legítima.
James Madison (1751 - 1836), político estadounidense y cuarto presidente de EE.UU., 1809 a 1817.