Oliver Cromwell, Mozart, Johannes Keppler, Adolfo Suárez, Cristina de Suecia, Felipe V de Borbón, Bena, Nicolae Ceaucescu, Miguel Hidalgo, Reza Pahlevi, Bernardo OHiggins, Lech Walesa, Duque de Wellington, Alejandro Magno.
El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870), poeta romántico español.
La realidad implacable me conduciría al suicidio, si el sueño no me permitiese esperar.
Guy de Maupassant (1850 - 1893), escritor francés.
Nobleza, dignidad, constancia y cierto risueño coraje. Todo lo que constituye la grandeza sigue siendo esencialmente lo mismo a través de los siglos.
Hannah Arendt (1906 - 1975), filósofa política alemana judía, nacionalizada estadounidense.
La suerte de tener talento no es suficiente; uno debe también tener talento para la suerte.
Hector Berlioz (1803 - 1869), compositor francés.
De todas las invenciones, el sueño es la más preciosa.
La verdadera locura es tan rara como la verdadera sabiduría. Quizá no sea en el fondo, otra cosa que la sabiduría misma, que cansada ya de saberlo todo y de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la resolución de volverse loca.
Heinrich Heine (1797 - 1856), poeta alemán.
Es más conveniente no esperar nada y hacer lo posible, que entusiasmarse y no hacer nada.
La única cosa peor que ser ciego es tener vista, pero no tener visión.
Helen Adams Keller (1880 - 1968), escritora estadounidense ciega y sorda.
El ojo ve sólo lo que la mente está preparada para comprender.
Henri Bergson (1859 - 1941), escritor y filósofo francés, Premio Nobel de Literatura en 1927.
El que desprecia demasiado, se hace merecedor de su propio desprecio.
Posee un espíritu cultivado quien puede mirar las cosas desde diferentes puntos de vista.
Una manera laboriosa de no ser nada, es serlo todo; de no querer todo; de no querer nada, es quererlo todo.
Henri-Frédéric Amiel (1821 - 1881), filósofo y escritor suizo.