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Abraham Lincoln, Simone Weil, Napoleón, Marx, Marie Curie, Richelieu, Allende, Gorbachov, Samuel Beckett, Mary Shelley, Juan XXIII, Benito Juárez, Anna Frank, Americo Vespucio.
La confesión de los pequeños defectos es frecuentemente un deseo de dar a entender que no tenemos otros mayores.
La envidia es más irreconocible que el odio.
La hipocresía es una reverencia del vicio ante la virtud.
Las personas débiles no son, generalmente, sinceras.
Lo que demuestra que los hombres conocen sus errores mejor de lo que suele creerse, es que nunca se acusan de nada cuando se les oye hablar de sí mismos.
Los defectos del alma, como las heridas del cuerpo, siempre dejan cicatriz y peligro de volver a abrirse.
Los que ponen demasiado empeño en las cosas pequeñas, por lo común se hacen incapaces de hacer las grandes.
Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de traicionar.
Nuestra envidia dura más que la felicidad de aquellos a quienes envidiamos.
Nunca otra cosa damos con tanta liberalidad como nuestros consejos.
Preferimos hablar mal de nosotros mismos a no decir nada de nosotros.
Se dan consejos, pero no el juicio para sacar provecho de ellos.
Francisco VI, duque de La Rochefoucauld (1613 - 1680), escritor, aristócrata y militar francés.