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Pablo VI, Fernando VII, Fidel Castro, Frida Kahlo, Hernán Cortés, Yuri Gagarin, Sócrates, Fernando el católico, Elvis Presley, Indira Gandhi, Mao Zedong, Galileo Galilei, Aristoteles, Francisco Pizarro.
Mi mayor aspiración […] es no tener que escribir.
Un idioma que estuviese obligado a ajustarse a la gramática, sería algo así como una naturaleza que estuviese obligada a ajustarse a la historia natural.
Yo soy un escritor decorativo y me dedico a una literatura fácil, superficial y pintoresca.
Julio Camba Andreu (1884 - 1962), periodista, escritor y humorista español.
El verdadero y único personaje que me interesa es el lector, en la medida en que algo de lo que escribo debería contribuir a mutarlo, a desplazarlo, a extrañarlo, a enajenarlo.
En literatura no hay temas buenos ni temas malos, hay tan sólo temas bien o mal tratados.
En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.
Lenguaje e invención son enemigos fraternales y de esa lucha nace la literatura.
Lo que me gusta es escribir y cuando termino es como cuando uno se va dejando resbalar de lado después del goce, viene el sueño y al otro día ya hay otras cosas que te golpean en la ventana, escribir es eso, abrirles los postigos y que entren.
Mi conducta de lector, tanto en mi juventud como en la actualidad, es profundamente humilde. Es decir, te va a parecer quizá ingenuo y tonto, pero cuando yo abro un libro lo abro como puedo abrir un paquete de chocolate, o entrar en el cine, o llegar por primera vez a la cama de una mujer que deseo; es decir, es una sensación de esperanza, de felicidad anticipada, de que todo va a ser bello, de que todo va a ser hermoso.
No se trata de escribir para los demás sino para uno mismo, pero uno mismo tiene que ser también los demás.
Un escritor de verdad es aquel que tiende el arco a fondo mientras escribe y después lo cuelga de un clavo y se va a tomar vino con los amigos.
Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba.
Julio Florencio Cortázar (1914 - 1984), escritor e intelectual argentino.